La situación actual del mundo, y centrando el foco en Latinoamérica, está azotada de múltiples problemas que conciernen al lazo social, en el que cada sujeto se inscribe. Los escritos sociales de Freud como “Psicología de las masas” (1921), “El malestar en la cultura” (1930) entre otros, dan cuenta de las diversas perspectivas desde las que el psicoanálisis piensa la subjetividad de un tiempo determinado y cómo la trama familiar y social incide en cada uno. 

Hoy, tras un año viviendo en un mundo trastocado por la pandemia, en el que ha sido necesario enfrentar la emergencia, sin olvidar dramas que recrudecieron en este contexto, nos vemos obligados a buscar nuevos modos de convivencia. Violencia, migraciones, desigualdad, los efectos de la necropolítica y muchos otros, nos convocan a pensar y trabajar con lo que, desde la perspectiva psicoanalítica, podemos contribuir.

Nosotros y otros. NosOtros, ¿Cómo haremos para vivir juntos en la diversidad de realidades de nuestra Latinoamérica? 

Fue Barthes (1977) quien preguntó desde su curso: ¿Cómo vivir juntos?Llevado por preguntas como ¿Con quién vivo?, ¿De quién soy contemporáneo? sitúa la heterogeneidad en los espacios cotidianos, cuestionando un ideal de progreso, desafiando paradigmas, para pensar   lo intempestivo y lo anacrónico en el vivir juntos.  

Vivir juntos serán “chispazos de utopía”, para alucinar una sociedad deseable, en la que sea posible vivir solo y con otros, acercándose de cierto modo a las tribulaciones freudianas de Psicología de las masas.   

Como en la fábula de los puercoespines que se congelaban (Freud, 1921), nos vemos ante el dilema de buscar la distancia óptima en el encuentro con otros.  Será frágil el equilibrio, habitados como estamos por la pulsión y el lenguaje, que nos separan de una posible armonía y entendimiento en las relaciones humanas.  Siempre más cerca de las crispaciones, nacidas del narcisismo de las “pequeñas diferencias” (Freud, 1921), que tensan los lazos con otros, haciendo obstáculo a las posibilidades de alojar la alteridad y extranjería que nos constituyen como sujetos.  

 ¿Cómo haremos para vivir juntos? si estamos distanciados, limitados en desplazar nuestros cuerpos, acercándonos las más de las veces a través de la imagen y con la voz. Hoy nos encontramos también con lo que no se sabe del confinamiento, del aislamiento y sus efectos subjetivos. 

En esta propuesta la pregunta tiene más alcances y nos lleva hacia el qué- hacer. Abrimos así la invitación al campo del espacio analítico, convocándolos a sumar reflexiones que enriquezcan nuestra praxis desde la ética que la sostiene. 

Esperamos poder abrir puentes para pensar nuestro hacer analítico a partir de ese lazo que se crea por la transferencia, lazo sin parangón que da al análisis sus matices, su complejidad y su gran riqueza.

Ciertamente la pregunta no es más que un pre-texto para convocar una vez más al acto de la escritura como un devenir en gerundio que nos permita ir construyendo respuestas, siempre parciales.

El desafío será continuar en ese esfuerzo de pensamiento para que lo incierto, no nos impida dar lugar a humildes invenciones que no serán conclusivas.

¿Cómo haremos para vivir juntos? No hay respuestas… En tiempos en que nos movemos a tientas entre aproximaciones y lejanías, proponemos abrir una conversación entre psicoanalistas de Latinoamérica y otras latitudes, un diálogo que permita traducciones, transmisiones en los distintos lenguajes del psicoanálisis.

Los invitamos a escribir, esperando que los trabajos nos acerquen las múltiples resonancias que alberga el tema de nuestro próximo número de Calibán¿Cómo haremos para vivir juntos?

Solicitamos presten atención a los lineamientos para los autores. Podrán encontrarlos en los números, o en el sitio web: calibanrlp.com

La fecha límite para enviar los trabajos es el 30 de mayo de 2021.

Enviándolos a: revistacaliban.rlp@gmail.com o editorescaliban@gmail.com

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